Page 10 - 2020

Restauración de San Pablo
Amarrada a tu Esperanza han pasado los días y ahora en plena Cuaresma
rememoramos la Pasión, Muerte y Resurrección de tu hijo. En mí y vuestro pregón
hablaba de la Resurrección como el camino por el cual nos dirige y nos guía la Esperanza,
como algo consustancial y verdadero a la Fe de los creyentes, de los que anclados al
recuerdo de la medalla que guardas en el corazón nos hace más realistas y fuertes en un
presente y futuro que desalojamos de un pasado guardado en el recuerdo de los que
hemos tenido la satisfacción de rezarte en voz alta.
Un pregón que desde el punto de vista personal, religioso y social estuvo vertebrado
por la sencillez de una Hermana de corazón a la que dejaste prendada con tus siete
lágrimas. Siete lágrimas salidas de unos bellos ojos a los que canté con oraciones que
me trajeron al recuerdo a mis “Esperanzas” que brillan desde el cielo…
“Siete lágrimas en alfombra de sus pasos, caminaba la Virgen entre poemas, cantaba la Virgen entre rezos y tu
Esperanza alivia sus penas.
Siete Lágrimas para el tiempo que es consuelo, tu Esperanza es velo que mi alma siente, te esperaré
eternamente”.
Vayan estas letras de agradecimiento a la Junta de Gobierno de la Hermandad de Confalón por acordarse de mí para este
encargo que me ha supuesto conoceros más de cerca, más como hermanos y poder decir que me hicisteis muy feliz a pesar
de que todo pasara tan velozmente.
En tu ancla que algún día me gustaría verte lucir guardas todo un legado, una historia de viejo moral, de báculo, de
azucenas, de amarres a columnas de mármol, de mariquillas prendidas en tu mantilla, de simbolismo que mi familia ha
querido que ya guardes en tu joyero como algo sencillo y digno de la más hermosa de las madres.
“Ella es la Esperanza y está empadronada en La Victoria, en el convento que fundaran los religiosos Mínimos
de San Francisco de Paula. La Esperanza nació en el barrio de la Victoria al “laito” de Confalón. Escoltada por la
morada de los Marqueses de Peñaflor, niña de vieja cuna de lacónicas maderas, como dijo el pregonero “como tú
ninguna”. Ecijana, que manos anónimas te tallaran, y que por los siglos de los siglos, Spes Nostra, fuera”.
Siempre agradecida a ti ESPERANZA por tus manos abiertas, por tu olor a rosas, por tus Marías chorreadas a las puertas
de tu Jueves grande, por verte y por esperarte, por quererte y por pedirte cada vez que te miro ,cada noche ,antes de
acostarme.
“La Esperanza no es esperar, la Esperanza es ir”.
Gracias ESPERANZA por todo lo que me has dado y por no olvidarme.
María del Valle Pardal Castilla
10
“Y viendo esta ciudad las misericordias de Dios, todos dieron infinitas gracias a la Divina Majestad y lo
eligieron por su Santo Patrono y defensor...y se celebra el día de la Conversión de San Pablo...”
El Patrón San Pablo está íntimamente ligado a la Iglesia de la Victoria, acontecía el año 1436 cuando en el mismo
lugar que se alza la Iglesia, San Pablo se aparece al joven Antón Arjona. Le manifestó que se encontraba muy
enfadado con la ciudad de Écija, por las blasfemias, no guardar los días santos de domingo, no practicar la
caridad ni dar limosna a los pobres. El Santo le dijo al joven que si no enmendaban sus pecados y vicios, hacían
penitencia, se confesaban y comulgaban, el Señor Jesucristo mandaría una pestilencia grande. Fue entonces
cuando selló la mano de Antón uniéndole los dedos y dispuso que lo hiciera público. Que en procesión fueran al
Convento de San Pablo y Santo Domingo y allí tras la misa pasara su mano por la Cruz, despegándose los dedos
y obrándose así el Milagro de San Pablo. Cada 25 de enero se celebra el día de la Conversión de San Pablo en
Écija.
Este año 2020 la festividad se ha celebrado coincidiendo con la restauración de la Imagen de San Pablo que
se venera en el altar mayor. Se sucedía el año 1727 cuando se ejecutaba por encargo del Municipio la Imagen.
Desde entonces hasta hace unos meses ha permanecido intacta en el tiempo. Recibiendo fervorosa devoción en
su altar a lo largo de los siglos.
Desafortunadamente el paso del tiempo y las actuaciones propias de la devoción ha generado que la calidad y
su visión original quedasen desvirtuadas.
Antes Después
Es por tanto por lo que un grupo de la Hermandad decide restaurar la Imagen de San Pablo con el fin de
conservarla, frenar los deterioros y daños sufridos durante su historia material, y así devolverle la calidad y fuerza
que ostentaba en 1727.
La Imagen se encontraba muy deteriorada debido a que los estratos habían perdido adhesión, esto sumado
a los cambios de temperatura y humedad provocaron que se formaran abolsados o levantamientos, con
la consiguiente pérdida de policromía. Dejando a la vista el soporte de madera. A ello se sumaban grietas
longitudinales provocadas por el movimiento del soporte. Algunas de estas coincidentes con la unión de las
maderas en el rostro, cabello, dedos, mano e indumentaria.
Presentaba escasas intervenciones a pesar de la antigüedad de la Imagen. Se percibe adhesión de algunas
grietas con adhesivos del siglo XX, y aceites y barnices que tornaron a verde. Así como la presencia de algunos
clavos en la Imagen y varios orificios en la zona de la peana. Probablemente para su salida en procesión o para
su estabilidad en alguno de los altares.
La policromía presentaba acumulación de suciedad y polvo, gotas de cera de velas y humo de velas, generando
que la visión original de San Pablo, se mostrara oculta bajo diversas capas de suciedad acumulada durante
años. Así como barnices y aceites no originales aplicado en diferentes zonas de la Imagen. El barniz original
se encontraba oxidado provocando el amarilleo y oscurecimiento del mismo, generando principalmente en el
rostro de San Pablo una tonalidad amarillenta. El tono general de la policromía se tornaba a gris debido al polvo
acumulado.
El desgaste en los estofados de la indumentaria ha provocado que se pueda ver el bol original. Estas pérdidas
se observan en zonas de más acceso al fiel, suponiendo que en ocasiones la Imagen se encontraría cercana a
estos. La mano que sustenta la espada presentaba pérdida de barniz original debido al roce. Los salientes de la
indumentaria presentaban desgaste así como el hombro en la zona trasera.
11